Las dificultades del insomnio
Este joven universitario de 22 años llegó al instituto del sueño con un trastorno de insomnio que sufría desde la infancia, donde mostraba dificultades para quedarse dormido de forma oscilatoria y no permanente.
Cuando cursó la edad media pareció mejorar el problema, pero hacia el final de este período, se agudizó.
Así, al llegar a la universidad el trastorno le impedía conciliar el sueño de forma normal.
Iniciaba el sueño cerca de las cuatro de la madrugada, era incapaz de mantenerse despierto y levantarse a las siete. Seguía durmiendo hasta las 12 del día.
Esta rutina lo llevó a perder clases, bajar las notas y reprobar asignaturas en la universidad. Terminó suspendiendo sus estudios.
Consultó al instituto del sueño, donde se le diagnosticó un insomnio severo de conciliación y fase retardada del dormir.
Su tratamiento incluyó la instrucción de mejorar su higiene del sueño, estableciendo hábitos saludables para dormir, y la readaptación de sus horarios en forma paulatina, inicialmente con fármacos.
Hoy, después de nueve meses de tratamiento, duerme un promedio de 7-8 horas diarias, retomó sus estudios de ingeniería y continúa bajo control cada seis meses.