El drama del pánico nocturno
Terrores y angustia
En Chile, un 25% de la población general padece algún tipo de desorden psiquiátrico y muchas de estas alteraciones se relacionan con trastornos del sueño.
Recientes investigaciones apuntan como causa importante de insomnio crónico a los ataques de pánico nocturno.
Un testimonio ilustrativo
Para Héctor, profesional casado de 35 años, la llegada del atardecer significaba un verdadero drama.
Le aterrorizaba dormirse pues, una a dos veces al mes, en medio de la noche despertaba sofocado, con el corazón disparado, dolores intensos al pecho y una extraña sensación de irrealidad.
Estos ataques le ocurrían desde que tenía 20 años.
Posteriormente y especialmente, después de su boda (se había casado a los 28 años) se habían hecho más frecuentes.
A los 22 años consultó a un médico quien le recetó tranquilizantes que disminuyeron las frecuencias de los episodios. Ahora, habían reaparecido mucho más intensos, lo que preocupaba sobremanera a Elisa, su esposa.
Además, Héctor se había vuelto insomne, pues evitaba dormirse por temor a tener un ataque. En el último tiempo, solicitaba a su mujer que lo observara dormir y que lo despertara a la menor señal de intranquilidad. Así, las noches se volvieron insoportables para el matrimonio.
Acudieron a una clínica del sueño, donde a Héctor se lo sometió a una polisomnografía y se le diagnosticó desorden de pánico con ataques nocturnos, que eran los causantes principales del insomnio.
Se inició un tratamiento con antidepresivos, tranquilizantes y terapia cognitiva-conductual, el cual resultó eficaz, pues los ataques desaparecieron y el matrimonio volvió a vivir noches normales y plácidas.
Cómo se manifiesta este trastorno
El caso de Héctor es bastante frecuente, afirma el neurólogo especialista en medicina del sueño y director médico del Instituto del Sueño, doctor Walter Avdaloff.
Alrededor de un 8% de la población general padece desórdenes de pánico. De esta cifra, un 65% de los pacientes muestra un historial de ataques de pánico nocturnos y entre un 30 a 45% de ellos, episodios repetidos durante toda su vida.
Los ataques de pánico nocturnos se caracterizan por un despertar abrupto al que sigue una tremenda sensación de miedo, palpitaciones, respiración entrecortada, dolores al pecho, sensación de irrealidad y bochornos.
Los síntomas de estos eventos nocturnos son similares a los ataques de pánico diurnos, tanto en su duración (entre 2 a 8 minutos) y severidad. Sin embargo, la disnea (dificultad respiratoria) es más común en los nocturnos.
Por estas razones, los enfermos reportan una alta prevalencia de insomnio y de privación crónica del sueño, lo que deteriora aún más su salud.
Por otra parte, quienes padecen esta alteración desarrollan, en forma secundaria, ansiedad anticipatoria y conductas de evitación (acostarse muy tarde, por ejemplo) muy parecidas a las desarrolladas por pacientes agorafóbicos con ataques de pánico diurnos. Un alto porcentaje evita dormir y su privación de sueño crónica empeora la ansiedad. Como evitan acostarse intentan dormir sentados, mirando la televisión o solicitan a cónyuges y familiares que los observen dormir.
Pronóstico y tratamiento
El tratamiento da muy buenos resultados. Se centra en el bloqueo del ataque de pánico y en eliminar los miedos secundarios y las conductas de evitación, como la fobia al sueño o a dormir, señala el doctor Avdaloff.
Habitualmente, se trata el cuadro con antidepresivos tricíclicos y con fármacos benzodiazepínicos. La psicoterapia cognitiva conductual hace desaparecer las conductas evitativas del paciente, como negarse a dormir Por último, son muy útiles las normas de higiene del sueño, como respetar el horario de acostarse y levantarse y en especial, evitar la ingesta de cafeína y bebidas cola.