Las tristes noches del insomne
Las dificultades para iniciar o mantener el sueño se denominan insomnio primario, con serios efectos para la salud y la calidad de vida.
Algunos pacientes no se tratan, con lo que arriesgan convertirse en insomnes crónicos y de difícil tratamiento.
Se estima que el insomnio es un desorden neuroquímico o estructural del cerebro que conduce al hiperalerta y que alrededor de un 30% de la población general lo padece, junto a otros trastornos del sueño.
Un caso ilustrativo
La historia de Humberto, soltero de 32 años, demuestra los estragos que causa el insomnio.
El inicio de sus problemas de sueño coincidía con su contratación, hacía cinco años, como programador en computación de una gran empresa.
Desde entonces, tres a cuatro noches por semana era incapaz de conciliar el sueño. Se auto definía como persona de sueño muy liviano.
Las secuelas de su mal dormir eran severas: falta de concentración y dificultades intelectuales durante su trabajo, en especial al día siguiente de haber experimentado insomnio.
Otros síntomas desagradables eran un gran desgano durante el día y el hecho de experimentar una extraña desconexión con la realidad. Obviamente, estos síntomas disminuían su rendimiento laboral.
El médico general había descartado enfermedades psiquiátricas asociadas a insomnio
-como depresión- y lo derivó a un especialista en medicina del sueño.
Éste le prescribió, por un plazo de dos meses, un hipnótico de acción corta que debía ingerir sólo las noches en que le era imposible dormir.
Luego lo sometió a terapia conductual. Fue entrenado en normas de higiene del sueño, relajación progresiva y técnicas de control respiratorio. Humberto fue un alumno dedicado y aprendió estos métodos a la perfección logrando con tenacidad y disciplina; al cabo de seis meses de entrenamiento, pudo superar definitivamente sus problemas de insomnio.
La importancia del buen dormir
Aún se piensa que no poder dormir es algo sin importancia, señala el neurólogo, especialista en medicina del sueño y director médico del Instituto del Sueño, doctor Walter Avdaloff: “Sin embargo, una gran cantidad de estudios ha demostrado que un par de noches de insomnio desencadenan severas secuelas como gran fatiga diurna, irritabilidad, problemas de atención, mal desempeño escolar, laboral y fallas en la memoria de corto plazo”.
Si la falta de sueño se prolonga por más días puede conducir en algunos sujetos a anormalidades de la percepción, como alucinaciones.
El caso del aviador Charles Lindberg, quien durante su vuelo trasatlántico no durmió por varios días y experimentó estas visiones, ilustra este fenómeno.
No obstante, en cuanto la persona duerme, se recupera y estos fenómenos desaparecen. Otras secuelas graves producidas por una prolongada privación de sueño son gran irritabilidad, paranoia transitoria y desorientación.
Aunque la patofisiología del insomnio primario es desconocida, comenta el doctor Avdaloff, los hallazgos científicos apuntan a una causa secundaría que podría ser un desorden neuroquímico o estructural del cerebro que afecta a las redes neuronales que controlan el ciclo sueño-vigilia y sus etapas, lo que aún se está investigando.
Estos pacientes, en general, presentan un sueño muy liviano y son fácilmente perturbados por estímulos externos como ruido, fluctuaciones de la temperatura ambiente y ansiedad debida a problemas laborales o familiares. Varios estudios evidencian que esta alteración del sueño puede ser considerada, asimismo, como un desorden de hiperalerta. Por otro lado, se ha observado que un alto porcentaje de estos insomnes muestra una frecuencia metabólica más alta de la normal al compararla con la de sujetos no insomnes.
Aprender a dormir
Es importante, que la población comprenda que no dormir bien está indicando la existencia de un trastorno del sueño el cual debe ser tratado oportuna y eficazmente, remarca el doctor Avdaloff.
Hoy se cuenta con excelentes tratamientos. En primer lugar, están los fármacos hipnóticos que bien administrados y vigilados por el médico permiten superar el insomnio.
La terapia conductual es otra herramienta eficaz tanto en el insomnio transitorio como en el crónico.
En este momento existen varias técnicas de relajación, entre ellas meditación, respiración profunda y la relajación progresiva muscular, que al ser practicadas en forma constante, permiten superar el insomnio.
El éxito de estas técnicas depende de la motivación del paciente. Ciertamente, debe dedicarle tiempo a su práctica y ser muy constante. Pero quienes las aprenden y las practican sentirán una gran satisfacción pues no dependerán de algo externo -como el fármaco hipnótico- sino que de ellos mismo, para lograr un buen dormir.
Una tarea importante que todos los colegios privados y públicos deberían asumir, finaliza el doctor Avdaloff, sería inculcar a la población desde la infancia, normas de higiene del sueño. Estas promueven buenos hábitos de vida y previenen en forma efectiva el insomnio y otros trastornos del sueño.