Insomnios
¿De qué se trata?
Si usted tiene problemas para conciliar y mantener el sueño durante toda la noche, entonces sufre de insomnio. Y si piensa que este trastorno es sólo una molestia nocturna, está equivocado: un mal dormir repercute en la etapa de vigilia y afecta la calidad de vida de quien lo sufre al comprometer las actividades que realiza durante el día.
Falta de concentración para conducir, trabajar, estudiar o mantener una conversación son sólo algunos ejemplos.
El avanzar en la comprensión del ser humano como un ser integral permite observar los componentes diurnos y nocturnos del sueño, ampliando las posibilidades para que la medicina del sueño ayude, en forma más efectiva, a las personas aproblemadas con este trastorno.
Tipos de insomnio
Este trastorno puede afectar a personas de todas las edades. Si bien algunas lo sufren por un par de noches, para otras se puede prolongar por semanas, meses e incluso años.
Entre los tipos de insomnio se cuentan:
– Insomnio transitorio
Es la incapacidad para quedarse dormido o dormir bien por unos pocos días.
Cuando estamos tensionados, estresados o excitados por alguna situación estamos susceptibles a que nuestro sueño se vea afectado: Una novia antes de su matrimonio, un joven antes de rendir la PSU, un escolar la noche previa a volver a clases o un profesional antes de una reunión de negocios importante son algunos ejemplos.
También, muchas personas tienen problemas para dormir cuando alojan fuera de casa, especialmente si han viajado a otro país y atravesado varias zonas con husos horarios diferentes.
En tanto, puede interrumpir temporalmente nuestra capacidad para quedarnos dormidos al acostarnos un vigoroso entrenamiento deportivo, si se ha realizado unas cuatro horas antes de irse a la cama. Del mismo modo, el inicio del desarrollo de una enfermedad infecciosa impide conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.
– Insomnio de corto plazo
Frente a situaciones tensionantes como estrés laboral, problemas familiares o de relaciones interpersonales, puede aparecer el insomnio por un plazo de dos o tres semanas, aproximadamente.
Pero cuando la situación estresante se ha resuelto, decanta o la persona se acomoda a ella, el sueño retorna a su normalidad.
– Insomnio crónico
En esta sociedad ágil y vertiginosa que vivimos hoy, millones de personas se quejan de insomnio crónico, es decir, duermen mal casi todas las noches.
El insomnio crónico o persistente puede tener distintos orígenes, pero muchos de ellos relacionados con la expresión de otro problema de salud, como desórdenes respiratorios o de la actividad muscular.
Causas
En general, el insomnio puede producirse por problemas psicológicos, factores relacionados con estilo de vida o como expresión de otros problemas de salud.
Si usted sufre de un mal dormir, conozca las principales causas de esta afección:
– Factores psicológicos
• Vulnerabilidad al insomnio: Así como algunas personas sufren de dolores de cabeza o indigestiones cuando están estresadas, otras están más predispuestas a sufrir de insomnio.
El reconocer este problema puede ser de gran utilidad para enfrentar los ataques de insomnio.
• Estrés persistente: Conflictos como desavenencias matrimoniales, enfermedades crónicas de un cercano o un trabajo poco satisfactorio con frecuencia contribuyen a gatillar insomnio.
Si usted se reconoce en alguno de estos conflictos puede pedir ayuda a través de profesionales dedicados a ayudar a superar estos conflictos, como psicólogos, quienes entregan herramientas para manejar de mejor forma los conflictos y evitar que afecten otros aspectos de la salud.
• Problemas psiquiátricos: El insomnio es uno de los síntomas más comunes de la depresión, en especial aquel en donde la persona despierta más temprano de lo que desea.
En tanto, quienes padecen ansiedad, esquizofrenia y otros desórdenes psiquiátricos pueden experimentar insomnio y dormir muy mal.
El tratamiento de la afección psiquiátrica con frecuencia incluye apoyo terapéutico y farmacológico para ayudar a mejorar el sueño.
– Importancia de un estilo de vida saludable
• Empleo de estimulantes: El consumo de bebidas energéticas, cafeína, nicotina u otros estimulantes puede afectar el dormir.
Aún cuando no interfiere con la conciliación del sueño, ingerir elementos con cafeína cerca de la hora de dormir puede gatillar continuos despertares durante la noche.
En tanto, a los fumadores les cuesta más quedarse dormidos que a los no fumadores.
Por otra parte, los ingredientes de algunos fármacos recetados para perder peso, controlar asma y tratar resfríos pueden interferir con el sueño.
• Ingesta de alcohol: Aunque el alcohol puede ayudar a inducir el sueño, lo hace más frágil e induce despertares nocturnos, afectando su calidad.
• Horario errático: Los trabajadores que laburan en turnos de noche o rotativos o quienes tienen el hábito de acostarse más tarde los fines de semana, están más predispuestos a experimentar problemas de sueño.
El mantenimiento de un horario regular en las horas de acostarse y levantarse puede ayudar a programar nuestro organismo para que duerma a horas determinadas y se mantenga despierto en otras.
• Vida sedentaria: La inactividad física puede favorecer el insomnio. Por ello, es recomendable la realización de actividad física en forma regular.
• Insomnio aprendido: Quienes duermen mal cuando están estresados pueden predisponerse a que no funcionarán bien durante el día, poniéndose como desafío el aprovechar la noche con un sueño reparador. Desafortunadamente, esta intención es contraproducente, ya que el esfuerzo conduce a estar totalmente despierto por más tiempo y comenzar a dar vuelas en la cabeza pensamientos y preocupaciones.
Quienes sufren de insomnio pueden acostarse y no conciliar el sueño, mientras que en ocasiones en que no lo intentan, como cuando leen, manejan o ven televisión, pueden dormirse muy rápido.
El tratamiento para estas personas es mejorar sus hábitos de sueño y apoyar el manejo de las situaciones que los estresan.
• Mal uso o abuso de píldoras para dormir: Si se utilizan todas las noches, puede que estos fármacos dejen de ser efectivos al cabo de unas pocas semanas.
Sin embargo, cuando se interrumpe su empleo en forma repentina, el sueño empeora.
Este problema puede aminorarse al ir bajando de a poco las dosis.
Por ello, el uso estos medicamentos debe estar enmarcado en un tratamiento médico, supervisado por un profesional.
• Factores medioambientales: Quienes están sometidos a mucho ruido como el que provoca el tráfico, la televisión u otros, aún cuando no despierten, pueden ver afectado su sueño.
También quienes duermen con luz, que se filtra por los párpados incluso cuando tenemos los ojos cerrados.
– Enfermedades físicas y su relación con el insomnio
• Desórdenes respiratorios: Ciertas alteraciones de la respiración pueden provocar repetidas interrupciones de ella durante el sueño.
Estos eventos pueden despertar a una persona una docena o cientos de veces por noche. Dichas pausas respiratorias pueden ser cortas -aproximadamente 10 segundos- y la persona no las recuerda al día siguiente. No obstante, tales eventos producen un sueño inquieto.
Las interrupciones severas de la respiración durante el sueño (apnea del sueño) incluso pueden observarse en personas que respiran en forma normal durante el día.
La excesiva relajación de los músculos del aparato respiratorio o problemas en los centros cerebrales que controlan la respiración, ocurren algunas veces durante el sueño.
Estas interrupciones respiratorias se hacen más comunes en la medida de que la persona envejece. La mayoría de ellas son leves y no requieren de tratamiento, pero es aconsejable evitar las píldoras para dormir, pues éstas empeoran los problemas respiratorios.
Los casos severos de apnea del sueño tienen una eficaz terapia conocida como Presión positiva continua de Flujo Aéreo C-PAP. Este tratamiento mantiene despejadas las vías respiratorias superiores gracias a un flujo aéreo continuo que pasa a través de una máscara colocada sobre la nariz y boca, durante el sueño.
• Movimiento periódico de las piernas: Son contracciones musculares breves que pueden causar brincos de las piernas que duran un segundo o dos y ocurren algunas veces cada 30 segundos (con frecuencia por una hora o por tiempos más prolongados), varias veces por noche. Tales movimientos pueden ocasionar micro despertares cada noche, lo que se traduce en un sueño muy inquieto.
El movimiento periódico de las piernas se hace más frecuente y severo en la medida de que las personas envejecen. El tratamiento de esta alteración incluye la prescripción de píldoras para dormir, analgésicos, ejercicios durante la tarde, un baño de tina caliente, o una combinación de todas estas terapias.
La prescripción de suplementos de Hierro puede ayudar a las personas que tienen deficiencias de este mineral, en especial si están experimentando movimientos periódicos de piernas durante la noche.
• Actividad cerebral de vigilia que persiste durante el sueño: Muchas personas con quejas de tener excesiva luz en la noche, que dicen dormir muy mal y amanecer cansadas, presentan una incapacidad de lograr etapas de sueño profundo en exámenes nocturnos de actividad cerebral.
• Reflujo gastroesofágico: La devolución de alimentos desde el estómago al esófago puede despertar a una persona varias veces por noche.
Cuando este reflujo ocurre durante el día, la posición erguida y la capacidad de tragar otra vez estos contenidos o botarlos, en general despeja de materiales irritantes al esófago. Sin embargo, durante el sueño la capacidad de tragar es menor y la posición horizontal hace que este reflujo irritante haga toser y la persona despierte semi ahogada.
Si este es el problema, la acción adecuada es levantar la cabecera de la cama unos cuantos centímetros (10 a 15), o dormir semi reclinado con almohadones. Existe tratamiento farmacológico que alivia este problema.
• Dolor: Quienes sufren de afecciones como la artritis, artrosis, angina, dolor de espalda, fibromialgia y cefaleas pueden ver alterado tanto su sueño como las horas de vigilia.
Además de controlar estas condiciones con un médico profesional, en algunas ocasiones pequeños cambios como la posición de las almohadas, un colchón adecuado y el desarrollo de conductas que promuevan el sueño, puede aliviar el dolor.
Cuándo buscar ayuda
Si usted nota que tiene problemas para dormir por más de un mes y que esta situación interfiere con su desempeño y funciones durante el día, es necesario que visite al médico o pida una cita con un especialista en medicina del sueño.
Su historia médica, un examen físico y test de laboratorio -función hormonal, por ejemplo-pueden ayudar a identificar las causas de sus problemas.
Su cónyuge y otros miembros de su familia pueden entregar al médico valiosa información sobre su dormir, por ejemplo, si usted ronca muy fuerte o tiene un sueño muy inquieto. Debe indicarle al médico si su insomnio repercute en la vigilia con somnolencia, depresión y de qué modo afecta su vida diaria.
En muchas ocasiones, el insomnio puede aminorarse mediante estrategias educativas e informativas. Algunas personas, en forma natural, duermen menos que otras y, por tanto, se debe abandonar el erróneo concepto de que todos necesitamos ocho horas de sueño.
Una buena información sobre hábitos que promuevan el sueño puede ayudar a muchas personas que duermen mal. En otros casos, la prescripción de medicamentos y la evaluación en un instituto del sueño puede ser lo adecuado.
En un centro especializado en desórdenes del sueño se realiza una evaluación que incluye llevar un diario de sueño. En éste, la persona debe anotar sus hábitos de sueño y vigilia por una o dos semanas. En estos centros especializados los pacientes son sometidos a evaluaciones especializadas, como exámenes psicológicos.
Recuerde que el empleo de píldoras para dormir debe estar supervisado por un profesional que determine que puedan ayudar a su caso en particular.
El empleo de estos medicamentos promueve el sueño profundo y puede mejorar el alerta al día siguiente. Pero este alivio del problema es temporal, ya que estas píldoras no curan el mal dormir ni el insomnio. En algunos tipos de insomnio, por ejemplo, aquellos asociados a desórdenes respiratorios, estos fármacos pueden ser peligrosos.
El insomnio requiere de un diagnóstico acertado y las opciones de tratamiento deben discutirse con el médico. La automedicación de fármacos para dormir no es adecuada.
Buenos hábitos de sueño
Esta guía puede serle útil para aliviar sus problemas de sueño y promover un buen dormir.
• Levántese a la misma hora todos los días.
• Acuéstese sólo cuando sienta sueño.
• Establezca algún ritual previo al sueño, que lo relaje. Por ejemplo, tome un baño caliente, cene liviano o lea unos minutos antes de ir a la cama.
• Haga ejercicio en forma regular. El ejercicio vigoroso realícelo en la mañana, al menos seis horas antes de irse a la cama.
Ejercicios suaves como estirarse, hacer flexiones y caminar, efectúelo al menos cuatro horas antes de acostarse.
• Mantenga un horario regular para comer, tomar medicamentos, hobbies y otras actividades. Todas ellas mantienen ajustado a la hora nuestro reloj biológico interno.
• Evite la ingesta de cafeína seis horas antes de irse a la cama. No beba alcohol si está somnoliento.
• Evite fumar antes de irse a acostar.
• Si duerme siesta, hágalo a la misma hora todos los días.
• Evite la ingesta de píldoras para dormir. Gran cantidad de médicos evita prescribirlas por largos períodos (más de tres semanas). No mezcle el alcohol con las píldoras para dormir.